Los enigmas sin resolver de Alicia en el país de las maravillas
El origen: Su autor:
Lewis Carroll, un hombre incansable en su vida profesional. Fue diácono y profesor de la Universidad de Oxford, lugar en el que se mezclan ahora los fans de Alicia y los de Harry Potter, que buscan el comedor de Hogwarts. Enseñó humanidades y matemáticas y fue pionero de la fotografía. Charles Lutwidge Dogson (Cheshire, Reino Unido, 1832 - Surrey, Reino Unido, 1898), que era su verdadero nombre, se escondió tras el alias de Lewis Carroll para publicar la que se convertiría en una de las más grandes obras literarias de todos los tiempos.
Su polémica musa:
Cuando se leen las innumerables referencias sobre la extraña relación entre Lewis Carroll y Alice Linddell, la inspiración real de la Alicia del cuento, se llega a una conclusión: el autor estaba obsesionado con la niña, fueran cuales fueran sus intenciones. Al parecer, era desde la librería de la universidad de Oxford desde donde Carroll veía el jardín en el que jugaban Alicia y sus hermanas. Las tres niñas eran hijas de Henry George Liddell, el decano del Christ Church College donde Carroll trabajaba como profesor, así que estaban familiarizadas con él. De hecho, Carroll, que se había comprado una cámara años antes, había fotografiado a las pequeñas con diferentes disfraces en su estudio (se conservan miles de fotografías). Y quedaba claro que Alicia era su favorita.
Según escribió Carroll en su diario, fue el 4 de julio de 1862 cuando, acompañado por el reverendo Robinson Duckworth, compañero del Christ Church College, había navegado por el Támesis hacia la villa de Godstow en un bote junto a Alice Liddell (que tenía 10 años) y sus hermanas. Éstas le habían pedido un cuento y él, sin saber cómo continuaría, comenzó la historia imaginándose a Alicia cayendo por una madriguera. Al terminar el paseo, Alice quiso una copia manuscrita de aquella insólita narración. Al día siguiente Carroll, que viajaba a Londres en tren, aprovechó las dos horas de trayecto para dar forma a la idea. Al primer borrador que le regaló a la niña, lo llamó Las aventuras subterráneas de Alicia y le añadió 37 ilustraciones realizadas por él mismo. Que Lewis Carroll tenía una imaginación desbordante, lo demuestra que fuera capaz de improvisar el cuento de Alicia en una sola tarde.
El legado:
Alicia en el País de las Maravillas ha inspirado a Dalí, a Disney, a Tim Burton. Alicia en Sunderland, de Bryan Talbot; Alice in Comicland, de Craig Yoe, o El libro de los enigmas del País de las Maravillas, de R. W. Galland son algunos de sus legados. Un cuento para niños pero con un contenido profundo, lleno de códigos ocultos y frases insólitas. Como afirmaba Johnny Depp, cada vez que uno lee el libro saca una nueva visión de la historia. Una niña perdida en un mundo absurdo. El dolor y los peligros de crecer. Alicia como símbolo de la madre del autor y su complejo de Edipo.