Deontología
Lo primero que vamos a hacer es determinar el origen etimológico del término deontología. En este sentido tenemos que establecer que emana del griego, pues es fruto de la suma de dos componentes de dicha lengua:
• “Deontos”, que puede traducirse como “deber u obligación”.
• “Logía”, que es sinónimo de “estudio”
Trata, pues, del espacio de la libertad del hombre sólo sujeto a la responsabilidad que le impone su conciencia. Asimismo, Bentham considera que la base de la deontología se debe sustentar en los principios filosóficos de la libertad y el utilitarismo, lo cual significa que los actos buenos o malos de los hombres sólo se explican en función de la felicidad o bienestar que puedan proporcionar asuntos, estos muy humanistas. Para Bentham la deontología se entiende a partir de sus fines (el mayor bienestar posible para la mayoría, y de la mejor forma posible).
La deontología fija las normas que rigen la conducta y el desempeño en la esfera profesional, según las cuales se exige al profesional determinadas responsabilidades en relación con los actos ligados a su campo laboral. Como tal, es una ciencia aplicada al ámbito moral, que se enfoca en todas aquellas conductas y actuaciones que no están no contempladas, ni en el derecho ni sometidas al control de la legislación pública.
Algunas áreas profesionales se apoyan de la deontología como:
Deontología médica
Deontología jurídica
Deontología periodística